El auge de los microplasticos

A medida que los plásticos continúan desintegrándose en los océanos, las amenazas que representan se multiplican. Debido a la dificultad de recolectar el plástico de los océanos y su permanencia prolongada en el medio ambiente, una vez que entra al mar es casi imposible removerlo. Más aún, una vez ingresado al océano, el plástico continúa desintegrándose: los macroplásticos se convierten en microplásticos y luego en nanoplásticos, haciendo aún más difícil su recuperación. Aunque se detuvieran hoy todas las fuentes de contaminación por plásticos que llegan al océano, este proceso de degradación implicaría que la masa de microplásticos en los océanos y playas se incrementaría más del doble entre 2020 y 2050.

Los microplásticos están en todas partes. Se pueden encontrar sus trazas en lo más profundo de los océanos y en los picos más altos del planeta. Muchos de ellos se encuentran en el agua y pueden llegar a ser más pequeños que un micrómetro, un tamaño, que según los científicos, les permitiría incluso penetrar en las células dificultando su reproducción.

Los microplásticos en el medio ambiente son un contaminante emergente que ha generado una intensa preocupación pública”, dice la OMS en un informe publicado el pasado agosto. Sin embargo, el organismo internacional reconoce que todavía hace falta despejar muchas incógnitas sobre su impacto en nuestro organismo y ha planteado una serie de objetivos de investigación para aclararlo.

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