La primera reunión del tratado de plásticos de la ONU establece la agenda

En diciembre, se llevó a cabo en Uruguay la primera de cinco reuniones del Comité Intergubernamental de Negociaciones (INC), con más de 2000 delegados que formularon un plan de trabajo para el Tratado Global de Plásticos. El acuerdo, cuya firma está prevista para fines de 2024, es el acuerdo ambiental más ambicioso desde el Acuerdo de París de 2015.

Los delegados se reunieron para un foro de múltiples partes interesadas, consultas regionales y debates sustantivos. La llamada reunión INC-1, basada en la histórica Resolución de la UNEA de principios de 2022 para forjar un tratado sobre plásticos, fue de procedimiento. Sin embargo, atrajo un interés significativo y la cobertura de los medios, y la secretaría se encargó de desarrollar un plan de trabajo para el INC-2, fijado para el 22 de mayo de 2023 en París. Las sesiones se basaron en los pasos tomados el año pasado para definir las definiciones del tratado, los elementos centrales, las interacciones con otros tratados, las posibles estructuras y los enfoques legales

La reunión trajo su parte de desafíos. En el período previo, hubo confusión sobre el formato y las representaciones. La entrega de declaraciones de apertura de 170 países fue inevitablemente larga y, según los informes, hubo tensiones entre los delegados rusos y ucranianos, lo que distrajo la atención de las negociaciones en curso. Pero la reunión sí logró avances. David Ford, fundador de Ocean Plastics Leadership Network (OPLN), compara el trato con una enorme roca que «todos están empujando desde diferentes direcciones, pero que finalmente estamos comenzando a mover».

Se han identificado dos líneas de trabajo. El primero cubre elementos sustantivos—objetivos, alcance, obligaciones básicas y medidas de control—y el segundo trata sobre los medios de implementación y financiamiento, arreglos institucionales, evaluación del progreso y participación de las partes interesadas.

Una narrativa en evolución: el mandato obtenido por la Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas (UNEA) fue de primera línea y un resultado exitoso de las discusiones en INC-1 fue garantizar que la agenda de los plásticos abarque todas las dimensiones sociales, económicas y técnicas clave. Esto incluye un mayor enfoque en las implicaciones de la contaminación plástica para la salud humana y los derechos humanos, incluso para niños y jóvenes, mujeres embarazadas y trabajadores con exposiciones únicas.. A nivel técnico y científico, hubo discusiones más informadas sobre las dimensiones químicas y de toxicidad de los plásticos. Y, con este fin, INC-1 trajo un lanzamiento suave de una Red de científicos para un tratado efectivo sobre plásticos, que está colaborando con los estados miembros y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para garantizar que la ciencia sólida e imparcial informe el proceso del tratado.

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