Los plásticos y cambio climático

Los plásticos también son un problema climático. No todo el mundo sabe que el plástico se produce predominantemente a partir del petróleo y el gas, los cuales son combustibles fósiles. Cuanto más plástico producimos, más combustible fósil se requiere, más intensificamos la crisis climática en un ciclo continuo de retroalimentación negativa. Además, los productos de plástico generan emisiones de gases de efecto invernadero durante todo su ciclo de vida. Si no se toman medidas, las emisiones de gases de efecto invernadero de la producción, el reciclaje y la incineración de plásticos podrían representar el 19 por ciento del total de emisiones permitidas del Acuerdo de París en 2040 para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados.

En los últimos años, ha aumentado la urgencia de proteger los océanos y los mares para hacer frente al cambio climático. El océano es el sumidero de carbono más grande del planeta, almacenando hasta el 90 por ciento del calor adicional que las emisiones de carbono han atrapado en nuestra atmósfera y un tercio del dióxido de carbono adicional generado desde la revolución industrial. La absorción de grandes cantidades de carbono ha frenado los impactos visibles del calentamiento del planeta, pero también ha acelerado los efectos catastróficos debajo de la superficie del agua: un océano que se calienta, acidifica y químicamente desequilibrado.

El carbono se secuestra en todos los componentes del océano, especialmente en los manglares, los pastos marinos, los corales y las marismas. Cuanto más daño hagamos a nuestros océanos y áreas costeras, más difícil será para estos ecosistemas compensar y seguir siendo resistentes al cambio climático.

De manera alarmante, un estudio reciente sobre la contaminación marina por plásticos realizado por GRID-Arendal, un socio del PNUMA, indica que los cuatro ecosistemas costeros que almacenan la mayor cantidad de carbono y sirven como barreras naturales contra el aumento del nivel del mar y las tormentas (manglares, pastos marinos, marismas y arrecifes de coral) están siendo presionados por la contaminación plástica terrestre como consecuencia de su proximidad a los ríos. Más que nunca, los estudios e investigaciones sobre basura marina son esenciales para predecir las consecuencias de las presiones, diseñar enfoques de mitigación y guiar la adaptación.

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